La técnica Tiffany fue creada
por Louis Comfort Tiffany a finales del siglo XIX y principios del XX. En sus
estudios dio color a los vidrios pintándolos a mano para posteriormente
meterlos en el horno y fijar el color. Esta novedad de tener el color ya en la
lámina de vidrio, junto con la de unir las piezas recortadas con una cinta de
cobre soldadas con estaño, fueron las dos innovaciones que aportó Tiffany al
mundo de los vitrales. Esta técnica le permitió hacer infinidad de lámparas y
complejas vidrieras con pequeños detalles.
Materiales y utensilios
necesarios:
- Cartulina donde plasmar
el diseño a tamaño real.
-
Tijeras de tres hojas.
-
Vidrio tipo catedral de
colores, en función del diseño a realizar.
-
Cortavidrios.
-
Pulidora.
-
Cintas adhesivas de
cobre. De ancho un poco superior al grosor del vidrio.
-
Cobre para refuerzos
opcional, según dimensiones del diseño.
-
Soldador para estaño.
De 80 watios aproximadamente.
-
Estaño para la
soldadura.
-
Fundente para soldadura
con el fin de eliminar la oxidación del cobre, y realizar una mejor soldadura.
-
Pátinas negra o de
cobre, opcionales.
-
Limpiador para las
pátinas y soldaduras.
Procedimiento de ejecución:
En primer lugar debemos tener
dos diseños iguales a tamaño real sobre cartulinas. Una cartulina la
recortaremos para reproducir los distintos vidrios, y la otra nos servirá de
guía. Podemos marcar cada pieza con un código que identifique el lugar y
el color, sobre todo si el diseño tiene muchas piezas.
La cartulina que recortamos lo
haremos de la siguiente manera: El contorno exterior de nuestro diseño con unas
tijeras normales. Y el resto de contornos con las tijeras de tres hojas para
retirar un poco de cartulina quedando el espacio necesario para colocar el
cobre adhesivo y no nos aumente el tamaño de nuestro diseño.
Con un marcador de vidrio se
dibujan las piezas recortadas en el vidrio. Y se cortan los vidrios con el
cortavidrios. Para ello tenemos que ejercer una presión constante y continua
sobre el vidrio, y sin repasar el corte. Comprobamos que las piezas coinciden
con las de la plantilla puliéndolas y ajustándolas para que al colocar el cobre
adhesivo tengan las dimensiones adecuadas al diseño.
A continuación colocamos la
cinta de cobre en cada pieza y alisamos para que quede bien adherida. (En vez
de hacerlo manualmente podemos adquirir un aplicador de cintas.) No
esperaríamos mucho tiempo para soldar las piezas dado que el cobre se oxida.
Piezas de 4x4cm para una lámpara, encintadas con el cobre. |
Disponemos las piezas sobre la
plantilla y comenzamos a soldar. Primero con unos puntos para evitar que las
piezas se muevan. Aplicamos fundente y vamos soldando. Por la parte frontal
haremos una soldadura más abombada que por la posterior.
La lámpara ya está soldada con el estaño. |
Una vez acabadas las
soldaduras limpiamos bien toda la pieza con agua y amoniaco, dejándolo secar.
Después, con un trapo de algodón extendemos un limpiador por las soldaduras,
dejamos secar y limpiamos enérgicamente con otro trapo limpio. Otra opción es
dar una pátina con un trapo dejar secar y volver a frotar hasta conseguir una
acabado brillante. Entre la soldadura y la pátina no dejar pasar más de dos
horas para que las soldaduras no se oxiden.
Lámpara finalizada, sobre una base de madera. |